La Historia de tu Vida – Ted Chiang

Pocas películas he visto recientemente en el cine que me hayan dejado tan buen sabor de boca como La Llegada, la última creación del canadiense Denis Villeneuve (del que aun no he visto un trabajo mediocre y rezo porque la secuela de Blade Runner no sea el primero), por lo que era cuestión de días que me pateara internet entero en busca de la novela en que se basaba -para mayor sorpresa mía, resulto ser un relato-. Lo devore en un suspiro, y las sensaciones que me produjo fueron muy similares a las que experimente mientras veía aquella maravillosa historia de un primer contacto entre especies inteligentes tan diferentes y lejanas la una de la otra.

La Historia de tu Vida es una colección de relatos, de 8, concretamente, y al contrario de lo que podría parecer, no todos ellos pertenecen al género de la ciencia ficción; y los que si lo hacen tienen un tratamiento tan personal que los límites que acotan al género se resquebrajan. Tenemos de todo: hombres tan ansiosos por reunirse con su divinidad que deciden construir una portentosa torre de Babel que una cielo y tierra (La torre de Babilonia), hombres que tras una operación alcanzan una inteligencia trascendental (Comprende), soluciones a ciertas ecuaciones que echan por tierra todos los fundamentos en que se asentaban las matemáticas (Dividido entre cero), o mundos muy similares al nuestro en que los ángeles aterrizan como cometas sobre la Tierra esparciendo milagros y maldiciones a partes iguales (El infierno es la ausencia de Dios). Resumidos así, suena a que la gran mayoría son un coñazo de proporciones considerables. Y esto resulta una verdad… a medias.

En el análisis que hago en mi blog -podéis leerlo aquí– disecciono con más detalle tanto la película de La Llegada como el relato que la inspira (que por cierto, es el que da nombre a la colección) ahondo más en lo que es el estilo utilizado por el autor en ese relato en particular, comparándolo con el de un autor ya conocido en el blog; su estilo, como decía, en esencia, es algo similar al de Borges (salvando muchísimo las distancias). Al igual que Borges, a Chiang le gusta explorar un tema académico hasta sus ultimas consecuencias, deslumbrando con su erudición y llenando todos los huecos con referencias, menciones e incontables nombres. Esto provoca que, para el lector medio de letras, como yo, se pierda gran parte del «mojo» del asunto. Sin embargo, Chiang quiere que tu entiendas de lo que te esta hablando, su lenguaje es sencillo y accesible, su intento por aproximar las ciencias mas áridas al común de los mortales, muy loable (algo que Borges jamas ha hecho, pues siempre me ha parecido un pedante pomposo, pese a ser uno de mis autores de cabecera). Por eso, aun siendo el tema tan espinoso como el principio de Fermat, las bases del lenguaje o la aritmética general, siempre conseguirás llegar al final del relato disfrutando del desarrollo del mismo, aunque hayan partes que inevitablemente no hayas comprendido bien. Y esto es lo que creo que hace sus relatos tan disfrutables, interesantes y didácticos.

No quiero desvelar mucho más de los cuentos, pues siendo relatos breves parte de la magia y la sorpresa desaparecerían con un análisis más extenso. Prefería centrarme unicamente en el mayor defecto que he visto al conjunto. Aun así, insisto, este defecto no resta ni un ápice de calidad a la colección, pues salvo uno de ellos algo mediocre, el grueso de los cuentos me ha parecido que tiene una calidad suficientemente alta como para poder satisfacer a cualquier lector advertido, sea o no aficionado al género o lector de relatos. Pero si os sentis intimidados, os recomendaría empezar primero con La Llegada, y si os gusta, intentar leer La historia de tu vida -el cuento- o El infierno es la ausencia de Dios, para mi, los mejores de la colección.